Aunque el mes que habíamos elegido para tratar el acoso en Psicomienza se ha terminado, no podíamos dejarnos en el tintero un tipo de acoso que está cada día más en auge y que provoca que tanto menores como adolescentes y adultos acudan al psicólogo para poder superarlo, como bien pone en el título nos referimos al ciberbullying y ciberacoso.
Antes, cuando no había internet ni teléfonos móviles, una vez que salíamos del colegio o del trabajo si padecíamos algún tipo de acoso, a no ser que nuestros acosadores viviesen cerca nuestra el acoso acababa ahí, teníamos un mínimo respiro, pero hoy en día algo tan útil como internet, los móviles y demás tecnologías telemáticas muestran su lado más oscuro en este tipo de casos porque no dan tregua al menor o adulto que está padeciendo acoso, pueden seguir llamándoles, escribiéndoles, mencionándole en redes sociales lo que les impide poder desconectar y hace que les sea mucho más difícil gestionarlo.
¿Qué son exactamente el ciberbullying y el ciberacoso?
Estamos ante un caso de ciberbullying cuando un menor atormenta, amenaza, hostiga, humilla o molesta a otro/a mediante internet, teléfonos móviles, consolas de juegos u otras tecnologías telemáticas. Tiene que haber menores en ambos extremos del ataque para que se pueda considerar ciberbullying ya que si hay un adulto entonces ya estamos hablando de algún otro tipo de acoso.
El ciberacoso, que también se denomina acoso virtual o acoso cibernético, se refiere al tipo de acoso que se realiza a través del uso de medios de comunicación digitales aunque en este caso el acoso se da entre mayores de edad, es decir, adultos.
El hecho de que el acoso se dé de forma anónima, que no haya una percepción directa e inmediata del daño causado y la adopción de roles imaginarios en la red convierten tanto al ciberacoso como el ciberbullying en un grave problema que diariamente afecta a millones de personas en todo el mundo.
Hay muchas formas y muy diversas de hacer ciberacoso o ciberbullying, algunas de las más típicas son colgar en internet una imagen comprometida (ya sea real o fotomontaje) para perjudicar o avergonzar a la victima e incluso a veces extorsionarla, dar de alta a la víctima en una web de contactos o de otra índole de la que no desea formar parte con foto y datos incluidos, crear un perfil de la víctima en redes sociales donde escriba o suba cosas privadas (tanto reales como inventadas) para dejarla en evidencia, dejarle comentarios ofensivos en sus perfiles o incluso crear foros o blogs para ridiculizarle, usurpar su clave de correo electrónico o de sus redes sociales para utilizarlos de forma negativa hacia la víctima, enviarle mensajes amenazantes por correo, redes sociales o móvil para hacerla sentir insegura y agobiarla, etc… Estos son algunos de los muchísimos ejemplos que podríamos poner con los que tienen que lidiar millones de personas en su día a día, ya que pese a que cada vez hay más leyes que nos protegen de este tipo de acoso, lo cierto es que se sigue dando debido a la complejidad en muchos casos de poder saber quien es el acosador ya que puede hacerlo desde sitios como cibercafés con perfiles anónimos lo que impide lograr su correcta identificación.
En el caso del ciberbullying en muchos casos se mantiene o incluso aumenta debido a la ineficacia de los programas de prevención que se llevan a cabo en los colegios e institutos y a la falte de formación al profesorado sobre este tema y sobre cómo actuar, también es consecuencia de que todavía hay padres que no son conscientes de lo que hacen sus hijos cuando están en su cuarto y pueden llevar a cabo este tipo de conductas de acoso o estar padeciéndolo sin que haya ningún tipo de supervisión paternal lo que hace imposible ponerle freno.
Si la persona que está leyendo este artículo se ha sentido identificada con algunas de las cosas que se han comentado en párrafos anteriores o si no lo ha sentido en primera persona pero sospecha que alguien de su entorno puede estar sufriéndolo que sepa que por supuesto hay formas de protegerse del acoso, hay muchos blogs y webs en las que te indican qué se debe hacer paso por paso para lograr que cese y al ser un delito penal en cualquier comisaria también van a explicarle cómo debe proceder para dejar de padecerlo y por supuesto también puede pedirnos información a nosotras y se la daremos encantadas, lo importante es que se sepa que el acoso es un asunto muy serio pero que en ningún momento es culpa de la víctima, que en el caso de que lo sufráis no estáis solos y que por supuesto que puede superarse tomando las medidas adecuadas.
Para terminar quiero lanzaros una serie de preguntas para que aquellos que quieran nos den su opinión en los comentarios o a través de cualquiera de nuestras redes sociales: ¿creéis que internet debería estar más protegido/vigilado y que no se pudiesen crear perfiles falsos para evitar este tipo de acoso anónimo? ¿pensáis que es posible que llegue el día donde este tipo de acoso desaparezca? Y por último ¿os parece que el hecho de que el acoso sea anónimo debería hacer que nos diese más igual o que por el contrario este hecho hace que sea más preocupante? ¡nos leemos!
Eva Torrego Treviño
2 comentarios en “Tienes un mensaje nuevo: voy a por ti. Hablemos del ciberacoso y ciberbullying.”