Las redes sociales nos han traído un montón de ventajas, podemos seguir en contacto con aquellos amigos o familiares que antes no podíamos y seguir su día a día independientemente del lugar del mundo donde se encuentren, nos acerca a nuestros ídolos y nos permite saber más de ellos, podemos compartir nuestros hobbies y experiencias y encontrar a gente con aficiones similares a las nuestras, además de un sinfín de cosas más pero.. ¿todo es tan bonito? ¿no hay consecuencias negativas? Pues bien, si que las hay y de eso os hablamos en el artículo de hoy así que si os interesa poneos cómodos y continuad leyendo.
Aunque a día de hoy es relativamente raro que una persona se presente en la consulta y te diga “estoy aquí por culpa de las redes sociales” si que es verdad que los psicólog@s estamos viendo cada vez más las repercusiones que está teniendo en nuestros pacientes y que empiezan a aflorar según vamos avanzando en las sesiones, algunas de esas consecuencias negativas son las siguientes:
–Problemas de autoestima: Pero ¿por qué está afectando en la autoestima de muchas personas? Para empezar la gente ha empezado a compararse y ya no sólo a nivel físico hecho que ha ocurrido siempre (revistas, televisión..) y ya generaba inseguridades debido a la idealización de los cuerpos con la ayuda de herramientas como el photoshop sino que ahora también a la hora de pensar que no estamos disfrutando de la vida como deberíamos, como esos influencers o personas que seguimos que tienen mejores casas, planes, experiencias y un ritmo de vida complicado (por no decir imposible) de seguir para las personas de a pie y de este modo parece que lo nuestro es peor y nos da la sensación de que tener ese tipo de vidas es lo normal, las llegamos a naturalizar y menospreciamos las nuestras propias.
–Adicción: cada vez más y más personas están enganchadas a las redes sociales, tienen que actualizarlas constantemente y estar al tanto de todo lo que esté ocurriendo en la vida de las personas que siguen, llegando incluso a tener la absurda sensación de que si no lo comparten no lo viven. Esta adicción provoca entre otros síntomas alteraciones en el sueño, dificultad para mantener la concentración, despreocupación por la privacidad, distorsión de la realidad…
–Aislamiento: se ven casos de personas que ya todo el contacto social lo tienen a través de las redes sociales y como a veces mediante estas obtienen un mayor “éxito” o “reconocimiento” acaban dando de lado las relaciones “reales” o mejor dicho del terreno no virtual.
–Ansiedad: debido a todos los factores previamente mencionados se genera en muchos casos síntomas de ansiedad.
A parte de esto, otro de los fenómenos que hemos podido percibir es que dependiendo del número de likes que consigan en una foto se sienten mejor o peor, es como si necesitasen que la sociedad o las personas que les siguen (las cuales muchas veces ni conocen) les reforzasen y les diesen a entender que su contenido gusta y por ende deducen que ellos gustan, todo esto es bastante peligroso porque no deberíamos de interpretarlo así porque hay que tener en cuenta otros muchos factores y esto afectaría a la autoestima gravemente cuando el número de likes disminuyese cualquier día por cualquier circunstancia.
En algunas personas llega a tanto la obsesión por “triunfar” en redes sociales que incluso llegan a comprar seguidores, seguidores falsos a los que en nada les importa ni su contenido ni mucho menos su vida pero ya simplemente ver que le sigue más gente (y obtiene más likes) les hace sentir mejores (aunque estos como hemos dicho ni siquiera tengan nada que ver con esa persona).
Aunque ahora se trivialice este asunto, la realidad es que es algo que está en auge, que cada vez afecta más y sobre todo a las nuevas generaciones. Es fundamental empezar a ser conscientes de ello para ir poniéndole remedio y tomar medidas tanto para evitarlo como para superarlo.
¿Es siempre peligroso el uso de redes sociales? En absoluto, no hay que ser alarmistas, muchísimas personas disfrutan de ellas y esto es debido a que lo hacen con conocimiento de lo que realmente son, un medio de comunicación más, son conscientes de que existen los filtros, de que la realidad se encuentra enmascarada, de que su vida está fuera de esas redes sociales y de que lo que realmente importa es lo que nosotros mismos opinemos de nuestra vida o en su defecto lo que opine la gente que realmente nos quiere y nos conoce.
Pautas que se recomiendan en estos casos:
1. Tomar consciencia de que las redes sociales pueden engañarnos, que no todo es tan idílico como nos muestran, que la gente suele volcar ahí solo las cosas positivas de su vida no las negativas y que todos tenemos problemas a los que hacer frente aunque no se muestren.
2. No es necesario compararte con nadie, cada persona es única y especial por lo que es y el compararnos no nos sirve de nada (sobre todo si con lo que nos comparamos no podemos saber a ciencia cierta si es así realmente).
3. Intenta restringir el tiempo que pasas en redes sociales, un rato de vez en cuando no es malo pero el estar horas actualizando y metiéndote si que lo es, lo bueno si es breve dos veces bueno.
4. Úsalo como entretenimiento no como forma de vida.
Y por supuesto acude a un especialista para que pueda ayudarte a afrontar este problema, trabajarlo y superarlo.
Entonces ¿cómo podemos saber que tenemos un problema con las redes sociales? cuando no disfrutamos de ellas, cuando percibimos algunas de las cosas previamente mencionadas o tenemos una necesidad constante de interacción y no simplemente cuando nos apetece.
Para terminar, como siempre, nos interesa saber la opinión de nuestros lectores ¿sois de los que experimentáis las consecuencias positivas o negativas de las redes sociales?¿conocéis a alguien que creáis que tiene un problema con ellas?¿creéis que se le está dando mucha o poca importancia a nivel social a las consecuencias negativas que hemos mostrado? Esperamos que nos contéis vuestras experiencias ¡nos leemos!
Eva Torrego Treviño
Un comentario en “Redes sociales: no todo es tan bonito como aparenta”