Inauguramos la vuelta del verano con una serie de artículos en los que hablaremos de las distorsiones cognitivas.
Las distorsiones cognitivas (también conocidas como sesgos o heurísticos) se pueden considerar como filtros por los cuales procesamos la realidad, el contexto, los otros y a nosotros mismos. Surgen de una necesidad evolutiva, es decir, los humanos necesitamos la capacidad de tomar decisiones rápidas e intuitivas, ya que muchas situaciones o problemas que surgen no permiten una valoración racional y lógica. Nuestro cerebro se encarga de procesar y categorizar la información para facilitar así la toma de decisiones. Aquí es donde entran en juego los sesgos cognitivos, que funcionan como atajos mentales para resolver la situación de manera rápida y sencilla. En resumidas cuentas, se puede entender el concepto de sesgo cognitivo como errores de juicio.
El problema es que muchas veces nos guiamos en mayor parte por estos filtros (sesgos) y obviamos información relevante para tomar decisiones más acertadas, lo cual provoca emociones negativas y conductas desadaptativas. Dichas conductas suelen acabar reforzando los esquemas cognitivos y pensamientos automáticos que las generaron en primer lugar, así se crea una dinámica de la que es complicado salir.
Algunas características de las distorsiones cognitivas:
- Se suelen expresar en términos absolutistas y catastrofistas: siempre, nunca, todo, nada.
- Suelen tener un carácter catastrofista y dramático: lo peor, lo mejor, horroroso, insoportable, etc.
- Pueden ser imperativos: debería, tengo que, tendría que haber hecho…
- Son mensajes automáticos y se consideran espontáneos (aparecen sin motivo), que tenemos ya interiorizados y no solemos ser conscientes de ellos hasta que prestamos especial atención.
- No nacemos con estos mensajes ya grabados, sino que los aprendemos según nuestra experiencia, creencias y valores personales.
Como hemos comentado anteriormente, es normal tener este tipo de pensamientos en algún momento, no hay que alarmarse si aparecen estos pensamientos. Pero muchos trastornos psicológicos se mantienen y alimentan debido a estas ideas distorsionadas de la realidad. Algunos de estos trastornos son la depresión, la ansiedad, el trastorno obsesivo compulsivo (TOC), las fobias, etc. Estos mensajes nos hacen entrar en bucle, confirmando así la propia distorsión por lo que resulta muy difícil parar estos pensamientos, que pueden volverse altamente desadaptativos y desagradables para la persona.
Por ello, los psicólogos contamos con algunas técnicas como la parada de pensamiento y la reestructuración cognitiva, que luchan directamente contra las distorsiones cognitivas. El objetivo es sustituir los pensamientos desadaptativos que mantienen una idea errónea e ilógica acerca del mundo por pensamientos e interpretaciones alternativas. Con esto se busca cuestionar la validez de nuestros esquemas cognitivos para lograr puntos de vista diferentes y poder así interpretar el mundo de manera más realista, lo que nos ayudará a sentir emociones más positivas y llevar a cabo conductas más adaptativas.
La semana que viene continuaremos con esta temática, ahondaremos en los tipos de sesgos cognitivos más habituales y cotidianos. ¡No os lo perdáis!
Irene Marivela
Un comentario en “Distorsiones cognitivas y otros errores de juicio (Parte I)”